martes, 13 de diciembre de 2011

El surealismo y Tú.

Hace mucho que no escribo, quizás se deba a que tengo demasiadas cosas que contar, que explicar y mucho por desahogarme que ni siquiera se por donde empezar, o quizás es que simplemente este poniendo excusas y que la vagancia haya sido el único motivo por el cual no e escrito...de igual manera, aquí vuelvo, y estoy aun escribiendo sin sentido intentando que las palabras me salgan solas, cosa que no se si sucederá...
Hace mucho tiempo que mi vida a dado un giro completo, demasiados sucesos en poco tiempo a los que me tuve que acostumbrar demasiado deprisa, en menos de medio año ha ocurrido de todo, desde la enfermedad de un familiar, y una mudanza repentina para ir de hospital en hospital a la ruptura de una relación larga...
De esa ruptura ahora mismo prefiero no hablar, daría pie a ciertas conversaciones que aun no quiero tener, no por el echo de echar de menos, sino por los verdaderos motivos por los que sucedió, de igual manera ahora no es el momento de sacar ciertas cosas a la luz.
Siempre se dice que cuando una historia finaliza, empieza otra, y así fue...en menos de dos meses ya había otra persona rodando por mi mente con mas intensidad de la debida.
Yo no quería pensarlo siquiera, "vive el momento" me decía a mi misma, "total no va a pasar nada" el típico convencimiento estúpido, porque cuando dices una de esas dos frases...pierdes totalmente el control de ti misma, de tus pensamientos y sentimientos, y tarde o temprano aparece lo que has estado evitando o surge con mas fuerza algo que pensaste que no sentías, si, eso que se llama amor.
Por aquellos motivos de salud de un miembro de mi familia que mencione antes, me vi obligada a residir en una ciudad cercana casi un mes, a 50 km de mi casa, pero esa ciudad no era desconocida para mi, allí conozco a gente maravillosa, y allí estaba el.
Nuestra historia es surealista desde el principio, las primeras conversaciones con el...esas en las que me sentía tan agusto, hablando de todo un poco, conectando, y dándonos cuenta de la cantidad de cosas que teníamos en común. Al día siguente cuando el vino a mi ciudad a conocerme en persona, y ese mismo fin de semana en aquel parque, esos recuerdos no van a desaparecer nunca, de eso estoy segura...
Pasaron días y yo me fui a su ciudad, recuerdo cuando venia a verme al hospital, a llevarme comida, a sacarme de allí para que me diera el aire y me hablaba de cualquier cosa insustancial para que no pensara en todo lo que tenia encima, los días de compras con el, los días en la feria con todos, y la clandestinidad con la que nos tocaba vivir para que el resto del mundo no supiera que teníamos algo, sus sms antes de dormir y las tardes de distracción en su casa.
Los viajes con el, las confesiones y los primeros te quieros, las noches durmiendo en la misma cama y soñando el uno con el otro, las escapadas y las mentiras para estar con el.
Si no es locura, no es amor, y con el lo tengo mas que claro, el me da mas de lo que yo esperaría que hiciera, me antepone a todo, algo que nunca había experimentado, no le importa gastarse el dinero ni estar muerto de sueño porque siempre viene, aunque sea estar una hora juntos, es una locura, no tiene sentido, y son las cosas sin sentido y las locuras las que siempre me han dado la vida, y el me la da.
Cierto es que ha habido altibajos, que no quería aguantar ciertas cosas, que muchas veces me plantee el terminarlo (aun sin haberlo empezado), que muchas veces me hubiera gustado echarle en cara ciertas cosas...pero no lo hice, aguante, pelee y luche por esto, contra todo y contra todos, y al final, poco a poco, voy ganando terreno, y aunque sigamos sin ser nada oficial, espero que cuando sus inseguridades terminen por disiparse, saque fuerza para formalizar esto, porque yo quiero estar con el y ver esa sonrisa en su cara cada mañana, quiero que sean sus ojos verdes los que me miren sin apenas parpadear y quiero que sea su mano la que sostenga con firmeza la mía, le quiero a el, y trabajare día a día para que todo lo vivido y lo que nos quede por vivir siga siendo igual de especial.
Si, le quiero, y es un echo tan innegable como que el cielo es azul.

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